Habilidades de pensamiento

En medio de la era digital, en la que la información está al alcance de un click,  los maestros debemos replantearnos la forma en que enseñamos, pues ya no se trata de abordar unos contenidos o cumplir un programa, es necesario que ayudemos a desarrollar habilidades de pensamiento, que de alguna manera, no solo enseñemos cosas, sino que enseñemos a pensar. Esa es probablemente la misión mas importante del maestro, pues los contenidos están en la red, pero solo un buen maestro puede guiar a su estudiante hacia el procesamiento adecuado de la información, por eso hoy hablaremos de Habilidades de pensamiento. ¿Qué son y cómo potenciarlas?
Conceptos
La habilidad es la capacidad y disposición para algo. El concepto puede usarse para nombrar al grado de competencia de un sujeto frente a un objetivo. Es importante destacar que la habilidad puede ser innata o desarrollada a partir del entrenamiento, la práctica y la experiencia. 
El pensamiento, por su parte, es el producto de la mente. Las actividades racionales del intelecto y las abstracciones de la imaginación son las responsables del desarrollo del pensamiento.
La noción de habilidad del pensamiento está asociada a la capacidad de desarrollo de procesos mentales que permitan resolver distintas cuestiones. Existen habilidades del pensamiento para expresar las ideas con claridad, argumentar a partir de la lógica, simbolizar situaciones, recuperar experiencias pasadas o realizar síntesis, por ejemplo. Cada habilidad puede describirse en función del desempeño que puede alcanzar el sujeto.
¿Qué dicen los que saben?
Durante las últimas décadas se ha desarrollado una serie de programas, orientados a la adquisición de destrezas intelectuales en el contexto escolar (Perkins & Smith, 1990; Prieto, 1989; Saiz, 2002; Tapia, 2002), éstos no han estado exentos a las críticas, una de las más importantes, tiene que ver con la relación que se establece con el currículo. Muchos de estos programas para favorecer el aprendizaje de destrezas de pensamiento, han obviado el carácter disciplinar del aprendizaje escolar, y que por lo tanto, son relevantes, junto con los contenidos, los propósitos, los métodos y las formas de comunicación de la disciplina. En este contexto, la adquisición y apropiación de habilidades de pensamiento de orden superior, un pensamiento reflexivo, un proceso activo de análisis de opciones, de combinación de ideas y de asunción de riesgos mentales, para establecer conexiones y evaluar los pasos seguidos para llegar a realizar conclusiones razonadas, se realiza a partir de una disciplina concreta, desde su lógica interna, desde sus contenidos construidos con ciertos métodos y propósitos, sólo desde allí, es posible dar paso a la interdisciplinariedad. Por otro lado, Marzano (1992) afirma que para desarrollar pensamiento crítico, es pertinente la enseñanza de estrategias que a su vez posibiliten el desarrollo de habilidades de pensamiento, por ejemplo, para la adquisición y la integración de nuevos conocimientos a través de la construcción de significados, así como también, en la organización y almacenamiento de información, sin olvidar que, cuando se trata de profundizar en el conocimiento, es justamente ahí donde se requiere de una habilidad específica como el razonamiento; él propone ocho actividades, operaciones o destrezas de pensamiento, que estimulan el tipo de razonamiento que se utiliza en la profundización y el refinamiento de los contenidos adquiridos.
¿Cuáles son las habilidades de pensamiento?

Comparación: identificación y articulación de semejanzas y diferencias entre cosas.
 Clasificación: agrupar objetos en categorías en base a sus atributos. 
 Inducción: inferir generalizaciones o principios a partir de la observación o del análisis.
 Deducción: inferir consecuencias que se desprenden de determinados principios o generalizaciones. 
 Análisis de errores: identificar y articular errores en el propio razonamiento o en el de otros. 
 Elaborar fundamentos: construir un sistema de pruebas que permita sostener aseveraciones. 
 Abstraer: identificar el patrón general o el tema que subyace a la información.
 Analizar diferentes perspectivas: identificar y articular el propio punto de vista con el de los demás