El pensamiento creativo, como ocurre con otras capacidades
del cerebro: la inteligencia, y la memoria, engloba a varios procesos mentales
entrelazados que no han sido completamente descifrados por la fisiología. Se
mencionan en singular, por dar una mayor sencillez a la explicación. Así, por
ejemplo, la memoria es un proceso complejo que engloba a la memoria a corto
plazo, la memoria a largo plazo y la memoria sensorial.
Es un proceso mental que nace de la
imaginación. No se sabe de que modo difieren las estrategias mentales entre el
pensamiento convencional y el creativo, pero la cualidad de la creatividad
puede ser valorada por el resultado final.
La creatividad también se da en muchas especies animales,
pero parece que la diferencia de competencias entre dos hemisferios cerebrales
es exclusiva del ser humano. Una gran dificultad para apreciar la creatividad
animal, es que en la mayoría de especies, sus cerebros difieren totalmente del
nuestro, estando especializados en dar respuesta a estímulos y necesidades
visuales, olfativas, de presión, humedad... etc, propias. Solo podemos apreciar
la creatividad con mayor facilidad, en las diferencias de comportamiento entre
individuos en animales sociales, cantos, cortejos, construcción de nidos, uso
de herramientas, por ejemplo.
Hay desde luego, muchas
excepciones, pero en general se ha comprobado que el individuo creativo tiende
a ser introvertido, necesita largos periodos de soledad y parece tener poco
tiempo para lo que él llama trivialidades de la vida cotidiana y de las
relaciones sociales. Los individuos creativos tienden a ser enormemente
intuitivos y a estar más interesados por el significado abstracto del mundo
exterior que por su percepción sensitiva.
Una
característica es la preferencia por la complejidad.
Entre individuos de personalidad creativa pueden
distinguirse, a grandes rasgos, dos grupos distintos: el artístico y el
científico. Las características fundamentales son las mismas en ambos, pero, en
general, el artista es más dado a expresar su inconformidad tanto en su vida
como en su trabajo, que el científico. El artista informal es corriente, pero
el científico no convencional es relativamente raro. Los artistas y científicos
creativos tienden, incluso a ser más estables emocionalmente que las personas
corrientes y cuando esto no sucede así, su inestabilidad se manifiesta en forma
de ansiedad, depresión, recelo social o excitabilidad, algo parecido a una
neurosis plenamente desarrollada. Entre los artistas y escritores, el genio se
confunde y se relaciona, a menudo, con la locura; en esta categoría de personas
se manifiestan con excesiva frecuencia neurosis graves, adicción a las drogas,
y al alcohol y diversas formas de locura. No existe mucha relación entre
creatividad y cociente intelectual (CI); es perfectamente posible ser altamente
creativo y tener una inteligencia normal, o poseer una gran inteligencia y
carecer de capacidad creativa.